Principios de la RELDAT
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(1) Web del Servicio de Información sobre Tabaquismo del Ministerio de Sanidad Francés https://www.tabac-info-service.fr/j-arrete-de-fumer/je-choisis-la-vapoteuse
(2) Ramström, L., Wikmans, T. Mortality attributable to tobacco among men in Sweden and other European countries: an analysis of data in a WHO report. Tob. Induced Dis. 12, 14 (2014). https://doi.org/10.1186/1617-9625-12-14
(3) Web de la campaña Quit Strong del Ministerio de Sanidad de Nueva Zelanda https://www.quitstrong.nz/switch-vaping
(4) Informe de PHE sobre el cigarrillo electrónico 2021 https://www.gov.uk/government/publications/vaping-in-england-evidence-update-february-2021
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La evidencia científica constata que no es la nicotina sino las sustancias generadas por la combustión del tabaco lo que provoca las enfermedades y las muertes de los fumadores. La epidemiología muestra que la administración de nicotina sin combustión ayuda a dejar de fumar (piedra angular de la terapia de reemplazo con nicotina que se aplica en muchos de nuestros países actualmente). Por ello, el consumo de nicotina mediante vías alternativas al cigarrillo tradicional por parte de los fumadores, debe ser impulsado en las legislaciones de control del tabaco de los diferentes países latinoamericanos.
Los productos tecnológicos que permiten la imitación gestual y sensorial para autoadministrar la misma nicotina presente en parches y/o chicles, introducen eficientemente los elementos psicológicos presentes en la conducta y percepción de fumar, pudiendo disminuir la ansiedad durante el proceso de dejarlo mientras se incorpora el proceso de reducción de daños.
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La inmensa mayoría de los 1300 millones de consumidores de nicotina en el mundo, lo hacen de la forma más dañina posible: la inhalación del humo del tabaco. Según la OMS, 1000 millones de personas morirán por ello en este siglo. Este hecho sólo puede definirse como emergencia sanitaria.
Cuando aparecen nuevos alimentos, cosméticos, medicamentos y vacunas motivadas por una emergencia sanitaria, no pedimos esperar cuatro décadas para conocer sus efectos a largo plazo, sino que nos enfocamos en la medicina basada en la evidencia, la inferencia científica y las pruebas del conocimiento previo, relativas a sus componentes y efectos. No olvidemos que, el tabaco con sus cientos de tóxicos, es completamente legal y está a plena disposición del consumidor en todos los países del mundo matando cada año a 8 millones de personas.
Al igual que en el campo de las drogas, es necesario considerar los daños asociados a la clandestinidad del consumo cuando estos productos no se regulan y se establecen mercados ilegales e informales de millones de consumidores sin el amparo de los estándares de calidad, seguridad y fiscalización establecidos por una correcta regulación.
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Las autoridades sanitarias junto con la comunidad científica tienen la obligación de velar por la salud de la población y de reconocer públicamente las diferencias demostradas entre el cigarrillo tradicional y los productos de riesgo reducido. Existe una gran cantidad de evidencia sobre estos productos, siendo actualmente de los más estudiados y escrutados por la comunidad científica internacional. La población fumadora debe estar capacitada para identificar cómo estos productos pueden disminuir significativamente la carga tóxica en su organismo y cómo sustituir completamente el tabaco por combustión.
Resulta esencial una comunicación basada en la evidencia científica, objetiva e imparcial, transparente sin sesgos ideológicos, emotivos, ni conflictos de intereses, mediante la divulgación y publicación de estudios que analicen la reducción de daños y su impacto en la salud pública. Esto capacita a la sociedad para que pueda tomar las mejores decisiones informadas en beneficio de su salud.
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Resulta fundamental contar con información científica objetiva. Omitir arbitrariamente estudios ampliamente validados científicamente y restringirse a otros cuyos cuestionables resultados ratifican el discurso hegemónico sobre el tabaquismo, ya sea por motivos ideológicos o de cualquier otra índole, es anticientífico, contrario a toda ética y daña la capacidad para guiar la toma de decisiones en una materia tan importante como es la salud.
La calidad de la información científica debe ser evaluada en base a la metodología implementada, la reproducibilidad, el proceso de revisión por pares y el escrutinio de la comunidad científica internacional y no en base al autor, su ideología o el origen del estudio.
La Red Latinoamericana propone posicionarse como voz de referencia en materia científica para servir a los intereses de los gobernantes y de la población toda, a la hora de compartir información balanceada que apoye la generación de políticas públicas para la reducción de daños por tabaquismo en América Latina.
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Las autoridades sanitarias públicas tienen la oportunidad de instar a reducir el daño poblacional impulsando productos con un perfil de riesgo significativamente menor. En esa transformación se anima a la industria a abandonar la venta del tabaco por combustión en favor de una fuerte investigación y desarrollo de productos innovadores sin combustión.
Los productos alternativos de liberación de nicotina y los cigarrillos no son lo mismo y deben ser regulados de manera diferente.